Porque más de una vez buscaste a la manada de elefantes que te usaba de pozo séptico, quisiste poder desadmitir y eliminar personas de tu vida como de msn, y tuviste miedo de arriezgarte, porque cada vez que apostaste, te toco pagar.
A veces el piso se nos mueve o nos lo mueven, pero nos pasa a todos, en todos lados, ¨Después de todo, las computadoras se rompen, la gente se muere y las relaciones se terminan. Lo mejor que podemos hacer es respirar y reiniciar".

martes, 24 de agosto de 2010

Cómo decidirte a esculpir tu flácido cuerpo

Les voy a contar algo curioso.
Jamás fui del tipo que se deja influenciar. Muy por el contrario, si todos decían ¨A¨ por lo general todo mi organismo se autodeterminaba para preferir ¨B¨. Y no por eso soy Miss Contrera, ni nada por el estilo, solo que no me acoplo-aba.. Hasta ayer.
Este cuerpito se levantó a las 6:15 am y le costó un esfuerzo sobrehumano despegar las lagañas de sus ojos (esfuerzo en vano ya que al llegar a facultad todos comentaron: que cara de sueño!). Prendí la tele, sintonicé un noticiero para no estar totalmente descolgada del mundo real, y empecé a ingerir mi suculento desayuno -café con leche y galletitas con queso untable- antes de ponerme lo primero que encontré en la zona de alto riesgo de derrumbe que es mi placar. Literalmente salí hecha una rea a la calle, y no olviden mi cara de ¨tengo la almohada en la cartera y si encentro un asiento libre en el colectivo MATANGA!, no voy a dudar en utilizarla¨. Una vez en el transporte público, llamó mi atención la despampanante -y no exagero- morocha que se sentó adelante mío (y aclaro, soy una orgullosa heterosexual completamente convencida), pero no fue solo mi atención la que cautivó.. Hasta el chofer se dio vuelta a mirarla cuando esbozó un cortante: $1,25, sin previo hola, buen día o alguno de sus derivados ni posterior por favor para hacer gala de su mala educación.
El trayecto transcurrió sin muchos sobresaltos, y mi estado anímico iba por el -12 recordando que tenía mucho sueño y que las clases de ese día recién terminaban a las 13:30 pm. Acá viene lo peor! Mi humor decayó a un -59 cuando nos bajamos la mayoria de los pasajeros -estudiantes- en Paseo Colón y Belgrano. La atrevida morocha, 1,75m, botas color suela hasta la rodilla, calzas negras delimitando su increíble culo, saco de no menos de $1200 en alguna casa de moda, y cara de publicidad de maybelline -envidia y no de la buena precisamente- caminaba delante de nosotros, todos los demás comunes y corrientes mortales zaparrastrosos y con cara de sueño que nos dirigíamos a la tortura cotidiana que es cursar. Kiosquero, panadero, puestero de revistas, vendedor de facturas y café, todos, absolutamente todos, salieron de sus puestos para verla, admirarla, y halagarla. Insisto, es envidia, y para nada sana.
En el primer recreo que tuvimos, les conté de este desagradable episodio a mis amigas, y como generó en mi psiquis el debate existencial que le robó mi atención a la clase de derecho penal: empezar el gym, o no empezarlo.
Lo bueno fue que muchas de ellas compartían conmigo la indignación que sufrimos las mujeres simples, las que no nos privamos de ningún gusto gastronómica, alcohólica y fiesteramente hablando, y preferimos invertir el tiempo en cualquier cosa que nos llene la existencia huyéndole a cualquier cosa parecida a un nutricionista o a un gimnasio.
El tema es que hoy nos decidimos. En menos de una hora somos varias las que estamos empezando en uno de los tantos gyms del barrio y ya me duele la cabeza, empecé a somatizar. Morocha y la puta que te parió! Me cago en vos, y en la sociedad que nos impone un modelo estético casi imposible de conseguir, lleno de renuncias y esfuerzos y en el verano que cada vez esta más cerca.

2 comentarios:

  1. Lo bueno fue que muchas de ellas compartían conmigo la indignación que sufrimos las mujeres simples, las que no nos privamos de ningún gusto gastronómica, alcohólica y fiesteramente hablando, y preferimos invertir el tiempo en cualquier cosa que nos llene la existencia huyéndole a cualquier cosa parecida a un nutricionista o a un gimnasio.

    ¡me uno, me uno! Odio el gimnasio, prefiero el deporte. Y jamas en la vida se me va a cruzar por la cabeza un: ay no, esto engorda, si en frente de mi cara tengo algo que se que me gusta, y mucho.
    Suerte en el gym entonces! Mañana me contaras como fue tu clase-suplicio (no sirvo para levantarte el ánimo a la gente que quiere ir al gimnasio, es una palabra que me cambia totalmente el rostro jajaja)

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  2. Supongo que en su medida justa...
    Desubicarse y comer todo lo que cruza nuestro camino no va. Matarse en el gimnasio sin probar bocado, tampoco. Ambos dos son extremos a los que la gente recurre y que la verdad... en mi opinión, no suman.
    Lo mejor es lo que te hace feliz. Cero gracia tiene el cuerpo perfecto si vivís sufriendo sus consecuencias.
    Será que yo tengo algo por las minas de entre casa. Esas que van perfectamente listas y preparadas por el mundo, con exceso de gimnasio me hacen desconfiar. Algo más importante deben estar compensando...

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