..Y le dijo BASTA, conmemorando en esa bofetada tantas noches de llanto, ojos hinchados, ilusiones rotas, falsas esperanzas..
No necesitó más razones para elegir estar muy lejos de allí, de él, de lo que alguna vez fué de ambos (la había roto de todas las maneras que alguien se puede dejar romper).
Renunció a la partida llevándose el juego en el que se encontró perdiendo para empezar (era su pasado, y aparentemente su memoria la única que lo albergaba); le dejó las reglas. No le pertenecían, nunca las había entendido ni elegido.
Le advirtió que no se atreva de nuevo a pronunciarle esas dos palabras que tanto malgastaba sin comprender su infinito significado porque se había cansado de aferrarse a ese discurso vacío de contenido para creerle una vez más.
Y se fué dejándolo atrás, con miles de grietas en el cuerpo, y en el alma (él es de la especie de huracán que destruye todo a su paso) pero llena de confianza en si misma, voluntad para salir adelante, convicción; de sueños, y esperanza.
FIN (Esta historia no es de las que terminan en un ¨y vivieron felices para siempre¨ o en un ¨continuará..¨. Es más bien del tipo en el que la heroína se aleja camino al horizonte en busca de su felicidad, donde sea que este, con quien sea que este. Y esa ya será otra historia)
