Porque más de una vez buscaste a la manada de elefantes que te usaba de pozo séptico, quisiste poder desadmitir y eliminar personas de tu vida como de msn, y tuviste miedo de arriezgarte, porque cada vez que apostaste, te toco pagar.
A veces el piso se nos mueve o nos lo mueven, pero nos pasa a todos, en todos lados, ¨Después de todo, las computadoras se rompen, la gente se muere y las relaciones se terminan. Lo mejor que podemos hacer es respirar y reiniciar".

jueves, 18 de marzo de 2010

una pérdida de tiempo

por qué será que tratamos de cambiar a la gente ?
es decir, los quisimos por algo no ?
más de una vez me encontré golpeando la almohada con lágrimas desbordándome los ojos de impotencia preguntándome por qué.
por qué todavía lo extraño cuando en su vida tuvo los huevos donde los tenía que tener; por qué todavía guardo los códigos con ella que no se le cae uno partido al medio para conmigo después de años de amistad; por qué no llama, contesta o da señales de vida; por qué soportar gritos, desplantes y agresiones; por qué tantas mentiras, engaños, omisiones.. por qué seguir esperando mucho, de alguien que en definitiva y muy a nuestro pesar, nunca dio mucho ?
creo que gastamos demasiado tiempo tratando de cambiar a la gente que decimos amar y nos sentimos frustrados cuando nos lastiman porque son como son, y no como queremos que sean.
siempre podemos decir basta, esto no me va, me hace mal. pero no lo hacemos, porque tenemos miedo y somos inseguros. nos aterra no saber que viene después, o que esa nueva persona sea aún peor que esta que queremos dejar atrás. y después lloramos. si que lloramos, pataleamos y nos enculamos torturando hasta al portero con nuestra indignación buscando su apoyo y adhesión a la causa: ¨son todos iguales¨, ¨no me enganchan más¨, ¨puta traicionera¨ y otras tantas del mismo género.
no digo que sea fácil, no lo es para nada. nos duelen en el alma tantos desengaños. pero nos ahorraríamos todo un presupuesto en pañuelos descartables y terapias si aprendiéramos que querer, es aceptar al otro como es, y que si no nos va su forma de ser, nadie nos obliga a permanecer a su lado.

miércoles, 17 de marzo de 2010

a veces uno se cansa

Y estoy harta de palabras sueltas, de puras indirectas, de promesas vanas.
Ya no creo en mentiras piadosas ni falsos mañanas. Ni busco recetas mágicas a cuestiones mundanas.
Y ya no entiendo de silencios si no tienen sentido, ni de distancias de estar tan cerca (Porque cansa saberse siempre tan cerca, y presenciar como poco a poco todo se aleja. Como correr inútilmente detrás de aquello que nunca va a detenerse, porque nunca ha aprendido a establecer su mente y su corazón en un solo lugar).
Harta de miedos compartidos y faltas de coraje.
De historias vendidas al mejor postor.
De ilusiones que se quiebran en el espacio de un grito.
De cerrar puertas que jamás se abrieron.
De este sentirse llena de nada, o vacía de todo.
De pensar que pensás lo mismo que yo.
De embarcarme sin rumbo ni mapas.
De perderme entre mis propios pasos.
De enredarme entre mis creencias.
De entender siempre todo y a todos, sin nunca poder entenderme a mí.
De buscarte en todos los vientos y encontrarte en cada canción.
De pintar con colores sin nombre los lugares donde nunca voy a estar.
De aferrarme con bronca a la almohada.
De dormirme sin ganas.
De pensar en mañana.
Y probablemente sea que cueste entender que iguales podemos llegar a ser todos. Que quizás vos esperes lo mismo de mí. Que no entiendas mi ausencia ni mis pocas palabras. Que me creas perdida muy lejos de aquí.
Tal vez sea el momento de tomar todas las decisiones, aún sobre bases poco firmes. De pensar sobre supuestos. De creer en fantasías realizables.
Quizás deba medir muy bien todos mis pasos, pero darlos.
Quizás sea hora de dejar de mover simples peones, y empezar por fin la partida.