Porque más de una vez buscaste a la manada de elefantes que te usaba de pozo séptico, quisiste poder desadmitir y eliminar personas de tu vida como de msn, y tuviste miedo de arriezgarte, porque cada vez que apostaste, te toco pagar.
A veces el piso se nos mueve o nos lo mueven, pero nos pasa a todos, en todos lados, ¨Después de todo, las computadoras se rompen, la gente se muere y las relaciones se terminan. Lo mejor que podemos hacer es respirar y reiniciar".

jueves, 2 de septiembre de 2010

marginación

Cuando me mudé a la ciudad de la furia para ¨hacer algo de mi vida¨, lo que más me golpeó fué la cantidad de gente que dormía en la calle, que no tenía nada con que cubrir sus necesidades básicas, comida, limpieza, indumentaria, vivienda digna, o aunque sea, vivienda.
Lo primero que me dijo mi hermana fué: no podés darle plata a todos y a cada uno de los que te piden, la mayoría lo van a usar para comprar droga.
Y fué así como en vez de darles mi dinero, les compraba comida, o les regalaba una palabra.
No me voy a olvidar más cuando en pleno invierno una mujer tirada en el piso, ella muy tapada, usaba a sus tres -supongo- hijos, harapientos ellos, para dar lástima. Yo iba muy con mi tapado, calentita, pensando en mi almuerzo, en mi siesta, pero esa imagén me hizo caer en picada a tierra de un ondazo. Entré a un kiosco, compre leche y unas galletitas, y me acerqué a esos chicos. El más pequeño, un rubio de ojos claros que brillaron al verme, hermoso, todo sucio y en pañales corrió como pudo hasta donde yo estaba, tenía frío, pero supongo que en ese momento lo mataba el hambre. Antes de que pudiera alcansarme la mamá lo agarró con fuerza, me miró y me dijo: hermana, dame plata, no comida.
Me jacto de ser una persona tranquila, conciliadora, con muuuucha paciencia, pero esa mujer me reventó los esquemas. Agarré a los nenes, les di su humilde comida, levante a la madre y le dije:
A veeeeer, partamos de la base, hermana las pelotas ! No sos manca, ni inválida por lo que veo, por lo tanto no se te va a caer ningún anillo por ir a lavar un piso. No podes ser tan desalmada de usar a tus hijos de esta manera, de hacerlos pasar frío y hambre.. Pero claaaaro, vos tenes tus zapatillas de marca, y ellos, nada, ni una madre coherente.
Si, me desubiqué, lo asumo, yo no soy quien para hablarle a nadie así. Pero me sacó.
Ella también me dió la razón, aunque no creo que haya modificado su modo de ganarse la vida. De vez en cuando cruzo a esos 3 angelitos, y siempre hay golosinas para ellos.
Me fuí por las ramas. A lo que iba con todo esto es que hoy cuando me dirigía para la facultad muy temprano, hacía frío, mucho viento y no había parado de llover en días.. El típico día de mierda que salís de tu cama solo por fuerza mayor: un patético ¨parcialito¨.
Iba sentada al lado de la ventanilla, y noté que por la zona se había incrementado la cantidad de gente durmiendo en la calle y me quebró una vez más.
No quiero acostumbrarme a eso, no quiero que sea parte del paisaje. Pasamos por al lado como si fueran una bolsa de basura. Ni siquiera volteamos para ver. Nosotros pasamos nuestras noches tapados hasta la cabeza después de una rica cena y quizá una entretenida novela, y ellos ahí, seguramente ni comen, no tienen novela, y su taparse hasta la cabeza es con un cartón y una bolsa de consorcio. Me rehuso a aceptarlo. La marginación es un crimen. Peor que las carencias que ellos sufren es lo aberrante de nuestra indiferencia. Nosotros, todos nosotros como sociedad, somos culpables. Excluimos, marginamos, denigramos.